
¿Qué tan tóxico es el papel higiénico tradicional?
Nos enseñaron a ver el papel higiénico como algo tan cotidiano que rara vez nos cuestionamos de dónde viene o qué químicos le han añadido. ¿Qué implica que sea doble hoja o triple? ¿Cómo logran que sea suavecito o ultra resistente? ¿De dónde provienen los aromas?
Si nunca te has preguntado qué contiene ese rollo que usas todos los días, te tenemos una noticia: tiene más de lo que imaginas… y no todo es tan buena onda.
¿Qué lleva el papel higiénico tradicional?
La mayoría de los papeles tradicionales están hechos para que se vean blancos, huelan rico y se sientan suaves. ¿El problema? Para lograr eso, muchos fabricantes le agregan
Cloro y dioxinas: se usan en el proceso de blanqueamiento. Las dioxinas son compuestos altamente tóxicos que se acumulan en el cuerpo y están relacionados con problemas hormonales, inmunológicos y hasta ciertos tipos de cáncer.
Fragancias artificiales: huelen bien, pero están hechas de una mezcla de químicos sintéticos que pueden irritar la piel, especialmente en zonas sensibles (y ya sabemos cuáles son).
Colorantes: hay papeles con diseños lindos y colores pastel, pero estos pigmentos también pueden contener sustancias que no querrías cerca de tus mucosas.
¿Y mi piel qué culpa?
La piel en la zona íntima es más delgada y sensible. La exposición constante a estos químicos puede causar irritaciones, infecciones y desequilibrios en el microbioma natural. Y si tienes piel sensible o alguna condición como dermatitis o alergias, puede que el papel común esté empeorando las cosas sin que lo sepas.
¿Y cómo afecta esto al planeta?
El problema va más allá de tu piel y el baño. Todos estos químicos terminan en el agua cuando tiramos el papel o cuando se procesa. Y el proceso de producción implica deforestación, uso intensivo de agua y liberación de contaminantes en ríos y suelos. En resumen: estos rollos le salen muy caros a la Tierra.
Entonces… ¿hay alternativa?
¡Sí! Cada vez hay más opciones conscientes: papel reciclado sin blanqueadores, papel de bambú, rollos sin empaque plástico, y sí, también existen opciones sin fragancias ni colorantes. Algunos incluso son tan bonitos que da gusto verlos en tu baño.
En Buen Rollo creemos que lo que toca tu piel (y la del planeta) importa. No se trata de volverte paranoico, sino de mirar con otros ojos lo que antes dabas por hecho. Un cambio tan simple como el papel higiénico puede ser un acto de amor propio… y de amor por la Tierra.